jueves, 16 de julio de 2015

Tinder Cita #1 + Detalles

Ok.
TinderGuy (TG) y yo, nos hablamos por Whatsapp por al menos 1 mes antes de conocernos en persona.
En parte porque cuando queríamos vernos yo no podía (mi horario era muy variable), y en parte porque yo quería posponer la "cita" lo más que se pudiese.
Me daba miedo, me daba nervios, hacía mucho que no salía con nadie... ya saben.

La cosa es que cuando el paso lógico siguiente era conocernos en persona, yo propuse lo que (ahora lo sé por estadísticas) es el lugar número uno para juntarse con gente que uno conoce en Tinder: Starbucks [love].
Pero TG tenía otros planes, y me propuso que fuéramos a comer el viernes en la noche.

Como esto fue decidido un lunes, tenía varios días para empezar a freakearme y acumular estrés y nervios.
Cuando mencionó un restaurante que yo conocía porque estaba cerca de mi casa (pero obviamente no iba a decirle eso por razones de seguridad), me quedé pensando en que la gracia iba a salirme caro (considerando que pensaba pagar por lo que yo comiera).
Pero dejó claro que en realidad él quería que yo conociera el lugar que a él le gustaba mucho, y él pretendía invitarme.
Punto para él.

[Y punto para mí; estaba tan cerca de mi casa, que si las cosas salían mal podía simplemente salir corriendo y ya]

Durante la semana, cada vez que pensaba en conocer a TG, entraba en mini pánico y decidía que podía esperar un par de semanas más.
Que podía esperar para siempre.
¡Podía morir sin conocerlo!
Pero parte de move on de algo, es hacer cosas nuevas y eso, en mi caso, incluía una cita Tinder.

Llegó el viernes, me maquillé (maquillaje standard de primera cita, ultra natural y del estilo "¿arreglada? ¿yo? no, así me desperté"), me vestí como si fuera cualquier día para no ponerle más presión al asunto y partí.
Y cuando iba llegando, me mandó un mensaje de que venía atrasado.

Para hacer hora me metí a una tienda frente al restaurante y llamé a Tali, para calmar los nervios.
Pero básicamente, la pobre tuvo que cachetearme a través del celular para calmarme.
Creo que dije "me voy a ir, no puedo, me voy a ir" unas 200 veces.
Pero no me fui.

Eventualmente, me paré cerca de la vitrina a hojear un libro y noté que alguien se paraba frente a mí. 
No voy a mentir, sabía que era él, pero no me moví. Tocó la vitrina y levanté la vista.
Sonreí, porque el hecho de que se viera igual que en sus fotos Tinder me tranquilizó mucho.
Era lindo, usaba lentes y su sonrisa se veía honesta.
Salí de la tienda, nos saludamos, y sin ningún disimulo nos miramos por varios segundos de arriba a abajo (era un poco más alto que yo, menos mal que no me gustan los tacos).

Entramos al restaurante, nos sentamos, pedimos comida... y empezó la "cita".
Confieso que tema no nos faltó.
Me preguntó cómo fue crecer en Punta Arenas (siempre buen tema, orgullo magallánico); lo comparó un poco a crecer en otra provincia como lo hizo él.
Hablamos de lo que fue ir a la U, de buscar pega, de tener o no vocación para algo, etc.

De verdad lo pasé bien, me entretuve, me hizo reír y lo hice reír.
Ya con eso consideré la cita un éxito total.

Y como prometió, pagó él; aunque por cortesía, igual me ofrecí.
Y eso fue todo, me acompañó a mi casa y como ya saben, salimos como por 3 meses.

[Ya no nos hablamos, pero le deseo lo mejor :)]

1 comentario:

  1. Buena cita #tinder... el problema normalmente es cuando dices: se saco la foto con un ptofesional o que! Ajajajajaja

    ResponderEliminar